Venciendo a Pajaman
Cuando tienes que enfrentarte al proyecto de titulo pasan varias cosas. La primera es la sensación que se produce al no tener una mosca en el oído, un pepito grillo, alguien que te pegue chirlitos metafóricamente hablando en la forma de un profesor de taller. Es el momento de no dejarse atrapar por PAJAMAN...Pajaman es aquel individuo que acecha en cualquier rincón donde haya una instancia de ocio, de evasión, de desentendimiento...Pajaman es el demonio.
Es por eso que hay que ponerse las anteojeras, orejeras y trajde anticontaminante de kevlar si se puede, abrir el sector donde termina la nuca y comienza el cuello y sacar la manecilla para echar a andar el motor interno, el de la proacción, aquel que ignora y hace la ley del hielo a Pajaman. Hay que hacerlo, sobretodo cuando se acercan las fechas, y todos mis colegas saben que hay hasta cierto punto del calendario en que podemos hacernos los desentendidos, hasta donde podemos de vez en cuando caer en los seductores brazos de este maldito antihéroe. Pero cuando llega esa fecha, el motorcito interno comienza a andar con piloto automático (gracias a Dios!!) y nos ponemos las pilitas. Por lo menos me pasa a mí en lo personal; sólo me puedo hacer el huevón hasta que sé que ya no puedo más.
Así que aquí estoy, luchando contra Pajaman de igual a igual, a meses antes de empezar a andar en piloto automático...porque sabemos que el piloto automático no tiene planes de contingencia. Y yo me quiero titular YA.
Mucha suerte para mí.